El aula como Comunidad de
Aprendizaje: una visión alternativa del aprendizaje y de la enseñanza.
Una parte importante de
las iniciativas, trabajos e informes de investigación publicados sobre la
comunidad de aprendizaje (CA) se refieren a esta categoría. La caracterización
del aula como CA constituye al mismo tiempo una alternativa a los modelos transmisivos
y otras prácticas pedagógicas tradicionales y la manifestación de una nueva
forma de entender el aprendizaje y la enseñanza.
Bielaczyc y Collins
(1999), subrayan la importancia que en ellas tiene la construcción de un
conocimiento colectivo como contexto, plataforma y apoyo a los procesos
individuales de aprendizaje. De acuerdo con estos autores, las aulas que se
organizan como CA reflejan una "cultura de aprendizaje" en la que
todos y cada uno de sus miembros se implican en un esfuerzo colectivo de
comprensión.
Más allá de los énfasis y de las diferencias de matiz que se
detectan en las diferentes iniciativas y propuestas, es posible identificar
algunos rasgos ampliamente compartidos en la caracterización de las aulas como
CA, entre los que cabe destacar los siguientes:
- El acuerdo de hacer progresar el conocimiento y las habilidades colectivas.
- El compromiso con el objetivo de construir y compartir conocimientos nuevos.
- La insistencia en el carácter distribuido del conocimiento (entre profesores y alumnos y entre alumnos) y la importancia otorgada a los distintos tipos y grados de pericia de los participantes, que son valorados por sus contribuciones al progreso colectivo y no tanto por sus conocimientos o capacidades individuales.
- El énfasis en el aprendizaje autónomo y autorregulado, en la adquisición de habilidades y estrategias de aprendizaje metacognitivas y en el aprender a aprender.
- La selección de actividades de aprendizaje percibidas como "auténticas" y relevantes por los participantes.
- La puesta en marcha de estrategias didácticas de aprendizaje colaborativo.
- La utilización sistemática de estrategias y procedimientos diseñados con el fin de que todos los participantes puedan compartir los aprendizajes.
- La adopción de enfoques globalizadores o interdisciplinares y el rechazo a la organización tradicional del currículum en materias o disciplinas aisladas.
- La co-responsabilidad de profesores y alumnos en el aprendizaje.
- La caracterización del profesor como facilitador del aprendizaje de los alumnos y como un miembro más de una comunidad de aprendices.
- El control compartido y distribuido entre los participantes de las actividades de aprendizaje.
- La existencia de altos niveles de diálogo, de interacción y de comunicación entre los participantes.
En resumen, las aulas
como CA nos hablan de un grupo de personas (normalmente un profesor y un grupo
de alumnos) con diferentes niveles de experiencia, conocimiento y pericia, que
aprenden mediante su implicación y participación en actividades auténticas y
culturalmente relevantes, gracias a la colaboración que establecen entre sí, a
la construcción del conocimiento colectivo que llevan a cabo y a los diversos
tipos de ayudas que se prestan mutuamente.
Así caracterizadas, las CA presentan
fuertes similitudes con las "Comunidades de Práctica", expresión
utilizada por Wenger para designar un grupo de personas que se implican
activamente en procesos colaborativos de resolución de problemas apoyándose en
la experiencia y el conocimiento al mismo tiempo compartido y distribuido entre
todas ellas. Los principios enunciados por Bielaczyc y Collins para la
planificación y organización de CA eficaces en el contexto del aula ofrecen un
buen resumen del estado de la cuestión, al tiempo que muestran con claridad su
alcance como alternativa a los modelos transmisivos de la enseñanza y otras
prácticas pedagógicas tradicionales.
Principios para el diseño
de Comunidades de Aprendizaje eficaces en el aula según Bielaczyc y Collins:
- Principio del crecimiento de la comunidad. El objetivo global debe ser incrementar el conocimiento y las habilidades del grupo. Para ello, se debe aprovechar el conocimiento y los aprendizajes de todos sus miembros.
- Principio de objetivos emergentes. Los objetivos de aprendizaje del grupo deben ser co-construidos con los alumnos y emerger de las actividades y preguntas que surgen mientras llevan a cabo sus indagaciones e investigaciones.
- Principio de articulación de objetivos. Profesor y alumnos deben articular sus objetivos y los criterios que utilizarán para decidir que los han alcanzado. Todos los alumnos deben desarrollar las habilidades necesarias para poder juzgar si han alcanzado los objetivos.
- Principio de metacognición. El grupo debe tener presente en todo momento los objetivos que pretende alcanzar y preguntarse si lo que está haciendo ayuda efectivamente a alcanzarlos; también debe evaluar lo que ha aprendido y hasta qué punto lo ha aprendido bien; y debe intentar identificar a intervalos regulares lo que ya conoce y lo que no conoce.
- Principio de superación de los límites. El grupo debe intentar ir más allá de los conocimientos, habilidades y recursos existentes y fácilmente accesibles en su seno. Debe intentar dar sentido a las cosas por sí mismo y dar la bienvenida a nuevos retos y planteamientos.
- Principio del respeto por los otros. Los alumnos necsitan aprender a respetar las diferencias y las contribuciones de los otros. Cuantas más aportaciones diferentes se produzcan, mayores serán las fuentes de conocimiento existentes para expandir el conocimiento del grupo. Las reglas de respeto mutuo deben estar claramente formuladas, articuladas y aplicadas.
- Principio de aceptación del fracaso. Debe instaurarse el sentimiento de que el fracaso es aceptable y que la asunción de riesgos y de una aproximación experimental al abordaje de los proyectos y a la resolución de problemas conducirá un mayor aprendizaje. La reflexión sin reproches puede ayudar a que el grupo aprenda de sus errores.
- Principio de dependencia estructural. El grupo debe organizarse de manera que las contribuciones de los alumnos sean de algún modo interdependientes, como por ejemplo en el caso de tareas cuya realización exige un esfuerzo conjunto.
- Principio de preeminencia de la profundidad sobre la amplitud. Los alumnos deben disponer de tiempo suficiente para investigar en profundidad los temas y adquirir un dominio real de los mismos.
- Principio de la diversidad de la pericia. Los estudiantes desarrollan las áreas en las que son más capaces y están más interesados, con la responsabilidad de compartir su pericia en ellas con los compañeros y con el profesor
- Principio de la multiplicidad de vías de participación. Para avanzar hacia una comprensión colectiva, el grupo debe tener ante sí una amplia gama de tareas y actividades en las que los alumnos participen en función de sus capacidades e intereses.
- Principio de mecanismos para compartir. Deben existir mecanismos que garanticen que el conocimiento y las habilidades adquiridas por los diferentes miembros del grupo puedan ser compartidos, de modo que cada alumno sea a la vez un aprendiz y un contribuyente al conocimiento colectivo.
- Principio de negociación. Las ideas, teorías, procedimientos, etc. son construidos mediante un proceso de negociación entre los miembros, y las discusiones se resuelven mediante argumentos lógicos y pruebas. El profesor debe enseñar a los alumnos cómo criticar las ideas de los otros sin personalizar la crítica.
- Principio de la calidad de los productos. La calidad de los productos generados por el grupo debe ser apreciada tanto por el grupo mismo como por las personas ajenas a él. El grupo debe ponerse de acuerdo sobre los estándares que permitirán valorar la calidad de un producto, y estos estándares han de contrastarse con personas que no forman parte de él.
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